El año 2009 fue declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional de las Fibras Naturales. Pequeño tributo a un grupo de materiales que acompañaron a la humanidad a lo largo de todo su desarrollo, pero en la segunda mitad del siglo XX fueron prácticamente olvidados al ser desplazados por los productos derivados de la industria.
Su uso quedó relegado: muchas desaparecieron del mercado, otra pasaron a utilizarse en combinación con fibras artificiales que las adaptaban a la industrialización y abarataban costos. Salvo la lana de oveja y el algodón, el resto sufrió un marcado retroceso en su producción, perjudicando en la mayoría de los casos, a pequeños productores de países en desarrollo.
Hoy, el aumento del precio del pretróleo -razones económicas siempre primero- y una mayor conciencia ecológica de las sociedades del primer mundo, permiten una revalorización de éstos materiales y de las técnicas ancestrales para trabajarlos, por lo tanto crece su búsqueda y utilización.
Pero ahora, no es fácil hallarlos. El ejemplo más característico es el del cáñamo, fibra vegetal de gran resistencia utilizada para hacer sogas para los barcos. Como es una variedad de la especie Cannabis Sativa a la que pertenece también la variedad de la que se extrae la marihuana, las industrias de productos derivados del petróleo, que querían imponer el uso de "sogas plásticas", usaron esto para lograr que los Estados Unidos y los países de su órbita prohibieran su cultivo. El cáñamo dejó de producirse, y solo Francia, que desoyó la prohibición, tiene actualmente variedades mejoradas para fibra de alta calidad.
Nuestro país aún tiene posibilidades de producir fibras tanto de origen animal como vegetal en condiciones agroecológicas sustentables. El mercado internacional está ávido de ellas, sería una lástima seguir perdiendo oportunidades.
Hemilse Verbitsky
Su uso quedó relegado: muchas desaparecieron del mercado, otra pasaron a utilizarse en combinación con fibras artificiales que las adaptaban a la industrialización y abarataban costos. Salvo la lana de oveja y el algodón, el resto sufrió un marcado retroceso en su producción, perjudicando en la mayoría de los casos, a pequeños productores de países en desarrollo.
Hoy, el aumento del precio del pretróleo -razones económicas siempre primero- y una mayor conciencia ecológica de las sociedades del primer mundo, permiten una revalorización de éstos materiales y de las técnicas ancestrales para trabajarlos, por lo tanto crece su búsqueda y utilización.
Pero ahora, no es fácil hallarlos. El ejemplo más característico es el del cáñamo, fibra vegetal de gran resistencia utilizada para hacer sogas para los barcos. Como es una variedad de la especie Cannabis Sativa a la que pertenece también la variedad de la que se extrae la marihuana, las industrias de productos derivados del petróleo, que querían imponer el uso de "sogas plásticas", usaron esto para lograr que los Estados Unidos y los países de su órbita prohibieran su cultivo. El cáñamo dejó de producirse, y solo Francia, que desoyó la prohibición, tiene actualmente variedades mejoradas para fibra de alta calidad.
Nuestro país aún tiene posibilidades de producir fibras tanto de origen animal como vegetal en condiciones agroecológicas sustentables. El mercado internacional está ávido de ellas, sería una lástima seguir perdiendo oportunidades.
Hemilse Verbitsky
Hola! quisiera saber si venden ruecas. Desde ya muchas gracias.
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